La Macrobiótica, introducida en occidente por George Ohsawa, considera al universo como un macrocosmos y al hombre como un microcosmos integrado a él. Ambos se rigen por el principio de complementariedad entre el Yin y el yang, dos fuerzas antagonistas e inseparables, que lo conforman, y cuya dinámica constituye el orden el universo.
En macrobiótica se plantea un principio básico que consiste en “no creer ciegamente”. Cada uno tiene que comprender, practicar y verificar por sí mismo, ya que cada caso es particular y está en permanente cambio. Por lo tanto, plantea la consideración del hombre como ser destinado a desarrollar la conciencia y a alimentarse en función de sus necesidades, en el día a día.
La alimentación macrobiótica
Esta basada en productos que contienen características yin y yang, y es un elemento esencial en el desarrollo del ser humano, como parte del todo, hacia la armonía. Por lo tanto, la macrobiótica constituye una auténtica técnica de evolución personal, que contribuye al desarrollo global del individuo.
Entonces para mantener un equilibrio en el organismo, hay que aplicar en la alimentación la proporción yin y yang que existe en la naturaleza, y que en el hombre se refleja en la composición del Sodio (Yin) y Potasio (Yang) de la sangre, en una proporción de 5 yin y 1 yang. Así, un alimento que no responda a esa proporción requerirá un mayor esfuerzo de digestión, y el organismo deberá trabajar más para equilibrarlo, lo que podría conllevar a enfermedades (Para la macrobiótica la enfermedad es una reacción natural del organismo que le permite volver a encontrar el equilibrio que ha perdido. Durante este proceso, el cuerpo se depura y elimina lo que le resulta nocivo mediante la manifestación de síntomas).
El valor yin y yang de los alimentos se puede equilibrar a través de su preparación y cocinado.
Alimentación consciente
Los cereales integrales, deben ser la base de la alimentación, porque su equilibrio yin y yang es similar al del organismo. La macrobiótica, considera que cuando se refina un alimento, se le resta parte de sus características, por lo que se desequilibra.
Productos vegetales y animales, aquí no se impone un régimen alimenticio vegetariano, sino que deja en manos de cada persona la valoración del tipo de alimentos que necesita su organismo, según sus necesidades en un momento de la vida. Para la macrobiótica es más importante saber equilibrar los alimentos, que tomar uno u otro.
Alimentos orientales, se suele recurrir a productos de origen oriental, como algas, soja, miso, tamari, te verde de tres años, umeboshi, entre otros.
Principios básicos: comer sólo cuando se tenga hambre y sólo la cantidad necesaria, consumir alimentos que procesan del entorno en el que se vive y de temporada, intentar que lo alimentos estén lo menos manipulados posibles (ej. que sean integrales, que estén exentos de productos químicos, etc.), no tomar alimentos demasiado yin para fortalecer el sistema nervioso e inmunitario; y masticar mucho cada bocado para facilitar su digestión y asimilación.
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